miércoles, 26 de agosto de 2015

Ministerio Público investiga frustrado examen de Nombramiento Docente y Contrato Docente en La Libertad


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Ministerio Público investiga frustrado examen de Nombramiento Docente y Contrato Docente en La Libertad
 
El gerente regional de Educación de La Libertad, Rafael Moya Rondo, informó que el Ministerio Público (MP) investiga el caso de los 420 maestros que no pudieron rendir el examen de Nombramiento Docente y Contrato Docente aplicado el domingo pasado 23 de agosto.

"El Ministerio Público está recogiendo las observaciones, va a remitir un informe de lo sucedido y en el transcurso de la semana se está resolviendo. Los resultados de esta investigación se les va a dar a conocer a cada docente a través de sus correos", expresó.

Explicó que este problema salió a la luz cuando los docentes, que eran del nivel Educación Básica Regular, se sorprendieron al recibir un paquete de pruebas de Educación Básica Especial, especialidad que no les correspondía. "Esto fue un probable error en el registro en el portal del Ministerio de Educación", dijo Moya.

Finalmente, indicó que antes del 15 de setiembre el Minedu estaría aplicando el examen para los 420 profesores.

• La Libertad: Minedu volverá a evaluar a maestros de existir un error [RPP.PE]

El director técnico de Normativa Docente del Ministerio de Educación, Miguel Cárdenas, dijo que se revisarán las actas de inscripción de los docentes.

El director técnico de Normativo Docente, del Ministerio de Educación, Miguel Cárdenas Huayllasco, dijo que se encuentran revisando las actas de inscripción de cada uno de los docentes que no pudieron rendir su examen, el último domingo, porque se les entregó una distinta a la cual se inscribieron.

Precisó que la inscripción de cada postulante fue voluntaria y declarada por ellos en la página web del Ministerio de Educación. Posteriormente se les remitió a sus correos la opción elegida, tanto en la modalidad como en el nivel educativo.

"En caso existiera un error, no tendremos inconvenientes de volver a evaluarlos" declaró el funcionario tras el pedido de más de 300 docentes de la región La Libertad, de volver a ser evaluados al no poder rendir el examen de nombramiento y contratación docente.


MÁS EN: http://www.educacionenred.pe/noticia/?portada=79778#ixzz3jyPq4uoS

ESTE ORGANISMO ES UN PARÁSITO PARA LOS GRANDES...TAN SOLO ATACA A LOS MAS DÉBILES..

ES EL MOMENTO DE LA TOMA DE DECISIONES...PEOR AUN QUE SE AVECINA LAS ELECCIONES OFRECIENDO EL ORO Y EL MORO COMO ESTE SINVERGUENZA QUE SE TILDA DE "NACIONALISTA" QUE RESULTO SER MAS NEOLIBERAL... DONDE LA POBREZA SE SIENTE EN EL QUE MENOS TIENE...


CADA VEZ MAS SUBYUGADOS A LA NEFASTA ECONOMÍA NEOLIBERAL, QUE LO INICIO ESTE PERSONAJE....





POR TODO LADO EL PUEBLO PERUANO ES BLOQUEADO EN TODO POR : CON UNA TELEVISIÓN BASURA, Y DESATENCIÓN EN LA SALUD...





EL CAPITALISMO ES ES CONSIDERADO COMO LA VULNERACION DE LOS DERECHOS DE MUCHAS PERSONAS...


lunes, 24 de agosto de 2015

COMO SIEMPRE EL MINEDU RODEADOS DE INCAPACES...

ESCÁNDALO: Más de 50 docentes no rindieron examen porque aparecieron en otro nivel al que se inscribieron en prueba única de Nombramiento y Contratación Docente en Huacho

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ESCÁNDALO: Más de 50 docentes no rindieron examen porque aparecieron en otro nivel al que se inscribieron en prueba única de Nombramiento y Contratación Docente en Huacho
 
ERRORES FATALES: Unos 60 docentes se resistieron a rendir la Prueba Única Nacional de Nombramiento Docente y Contrato Docente 2015 en la Institución Educativa Pública "Mercedes Indacochea Lozano" de Huacho, provincia de Huaura, región Lima, porque llegado el día de la evaluación, el domingo 23 de agosto, aparecieron en otro nivel y modalidad a la que se inscribieron.

Ante esta situación los docentes de las aulas 18, 20 y 21 del colegio mercedino se negaron a rendir el examen porque les habían entregado pruebas que no correspondían a sus niveles, y que dejaron constancia al momento de sus inscripción en el Banco de la Nación.

Es el caso de la postulante Betty Cáceres León, perteneciente a la UGEL Nº 09 - Huaura, quien se inscribió para dar su examen de nombramiento y contratación en el nivel de primaria de la educación básica regular (EBR) y llegado el día de la evaluación apareció inscrita en la modalidad de Educación Básica Especial (EBE), toda vez que le entregaron esa prueba y no la de su nivel, por lo que se negó a dar la prueba, al igual que otros 60 docentes de la misma institución educativa.

Ante esta situación los docentes realizaron una improvisada movilización al interior del plantel huachano, demandando solución a su problema de parte de los representantes del ministerio de Educación y el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

Al final los docentes en un número de 60 no dieron sus exámenes en medio de un profundo pesar de los mismos, porque si no se solucionan sus problemas no lograran nombrarse y mucho menos ser contratados el año 2016.

Por la protesta fue necesaria la presencia de la fiscal de turno del ministerio Público de Huaura, Susana Valle Falcón, con quien los manifestantes firmaron un acta donde plasmaron sus problemas. (www.lajornada-huacho.blogspot.com)


MÁS EN: http://www.educacionenred.pe/noticia/?portada=79580#ixzz3jm9ozO8o

OTRA VEZ.... ESTOS INEPTOS DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN, PERJUDICANDO A MAESTROS...

Por error de Minedu e Inei maestros no rinden examen

Afectados. 185 docentes de la región no rindieron prueba de nombramiento porque les dieron evaluación que no les correspondía. Profesores exigen nulidad. 
Problemas. Maestros que no rindieron examen en el Ispa, fueron retenidos por la Policía, personal del Inei y del Minedu
Problemas. Maestros que no rindieron examen en el Ispa, fueron retenidos por la Policía, personal del Inei y del Minedu. La República.
Rosa Quispe
Un error del Ministerio de Educación (Minedu) y el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el examen de nombramiento docente, provocó que ayer 185 maestros que pugnaban por una plaza en Educación Básica de la región, no rindan la prueba.  A estos se les entregó una evaluación de una especialidad diferente. 
El problema se presentó en el Instituto de Educación Superior Público de Arequipa"Ispa". Este fue uno de los siete locales de evaluación habilitados por el Minedu para que rindan la prueba en Arequipa, 10 mil maestros inscritos, de los cuales sólo 9 mil 800 asistieron. Estos pugnaban por una de las 443 plazas de nombramiento que se ofertó.
Según el Minedu, en el Ispa únicamente se realizaría la evaluación a docentes de educación especial. Pero de los 386 maestros que asistieron a este local, 185 se pretendían una plaza en Educación Básica Regular de inicial y primaria. 
La maestra Shirley Muñiz explicó que a la hora de inscribirse vía internet, el sistema  la registró como educación básica regular, pero a la hora de recoger el voucher en el Banco de La Nación, hace dos semanes, le salió educación especial. 
Los maestros contaron que preguntaron del error en el banco, pero se les indicó que no se preocuparan, porque en el sistema figuraban como Educación Básica.  "Se han burlado de nosotros, con tanto sacrificio hemos estudiado y nos dan un examen que no nos corresponde. Es como si a un médico le pidieran construir una casa, pedimos la nulidad de la prueba", dijo el docente Ronny Prevate, quien también resultó perjudicado. 

Secuestrados

De los 185 maestros a quienes les entregaron pruebas erradas, 126 decidieron abandonar las aulas, pero al intentar salir del recinto, fueron retenidos por la Policía, inspectores del INEI y el personal del Minedu. 
La puerta principal fue cerrada con candado y retuvieron los DNI de los maestros por más de 5 horas. Dos profesoras lograron salir de la institución y pidieron el apoyo de la Tercera Fiscalía de Prevención del Delito a cargo de la fiscal Melina Lizárraga, quien exhortó a los funcionarios del Minedu a revisar los exámenes. 
En tanto el secretario general del Sindicato Unitario de Trabajadores por la Educación del Perú (SUTEP), José Carlos Vega, señaló que ante este atropello pedirán la destitución del gerente regional de Educación Jorge Luis Choque. Hoy presentarían la denuncia. 
Más temprano Choque se acercó a la institución y propuso a los 185 maestros continuar el examen y luego reclamar según lo establece el cronograma. Sólo 59 accedieron.  Según el Sutep, el problema se repitió en otras regiones. 

CLAVES

La evaluación empezó con media hora de retraso en los demás centros de evaluación. En el Ispa el examen inició a las 10 horas.  
Pese a las recomendaciones un gran porcentaje de docentes fue al examen con celulares, mochilas, carteras, entre otros.

jueves, 20 de agosto de 2015

ALGUNAS PERLAS DE APRISMO DE ALAN GARCIA

EL COMANDO RODRIGO FRANCO DE GARCIA PEREZ

El Comando Rodrigo Franco “escuadrón de la muerte” creado por la fubaleria aprista durante el primer gobierno de García Pérez.
Este grupo paramilitar se encargó de ejecImagenImagenImagenImagenImagenutar y desaparecer a decenas de estudiantes universitarios, dirigentes sindicales y docentes.
El que impartía las órdenes era el ex Ministro del Interior Agustín Mantilla.
Entre sus integrantes estaban Jesús Ríos “Chito Ríos”, Jorge Huaman Alacute, Miguel Aurelio Exebio Reyes, Alberto Aoun Chong, Moisés Palacios Yamunaque, Manuel Alzamora, Carlos Oliva, Baltazar Ramírez, Oswaldo Seguil Márquez, Carlos del Pozo, Gino Fiori, Miguel Pincelotti, Lacunza entre otros, todos miembros de organizaciones juveniles de APRA- Según el informe de la Comisión Herrera, testimonio del ex teniente PNP Rafael Pércovich Cisneros a dicha Comisión.
En la actualidad los casos atribuidos a los criminales del Comando Rodrigo Franco están en completa impunidad. No hay ningún avance judicialmente. Casos archivados, etc, etc.

lunes, 10 de agosto de 2015

Profesor de arte viaja representando al Perú y cuando regresa el colegio no le paga el mes de julio y lo quieren botar...


Jesús José Quispe Roque, es un profesor de arte que trabaja en un colegio de Villa El Salvador, su pasión por el arte lo ha llevado a preparar desde el 2013, escolares pobres para participar en concursos internacionales de música.

Hace unos días viajó junto a Rinsky Sicos a la ciudad de Misiones en Argentina, para recibir el premio del primer puesto del concurso Iguazú en concierto, a su regreso la UGEL Nº1 le retuvo su pagó del mes de julio, junto con su gratificación, y además lo quieren botar argumentado que abandonó su trabajo por viajar a Argentina representando al Perú.
Una tragedia absurda es la que vive este profesor de arte, que viajó hasta Argentina representado al Perú y que ahora sufre las consecuencias de la burocracia  y la estupidez política.
Mientras Jesús José Quispe, profesor de arte en los colegios de Villa El Salvador, lucha diariamente promoviendo niños de bajos recursos, nuestro Ministro de Educación Juan Saavedra Chanduví se pasa los días tomándose selfies y cafecitos muy cómodamente en su escritorio.

Ministro Jaime Saavedra tomándose selfie
- See more at: http://www.limagris.com/profesor-de-arte-viaja-representando-al-peru-y-cuando-regresa-el-colegio-no-le-paga-el-mes-de-julio-y-lo-quiere-botar/#sthash.ulmDNjKm.dpuf

martes, 4 de agosto de 2015

La educación de élite produce "borregos excelentes", según un profesor de Yale Según James Atlas, son “súper personas”. Según el profesor William Deresiewicz, son niños


La educación de élite produce "borregos excelentes", según un profesor de Yale

Según James Atlas, son “súper personas”. Según el profesor William Deresiewicz, son niños mimados que sólo conocen el éxito, lo que termina por deprimirlos
Foto: Los nuevos licenciados son perfectos... para las empresas que los contratarán. (iStock)
Los nuevos licenciados son perfectos... para las empresas que los contratarán. (iStock)
Son “súper personas”, el nombre que les dio James Atlas, editor de The New York Times Magazine y presidente de Altas & Company. Tienen varias carreras, practican deporte como si fuesen profesionales, pueden hablar en varios idiomas, manejan a la perfección un instrumento musical, han ofrecido ayuda en los rincones más desfavorecidos del planeta, y han convertido sus hobbiesen una provechosa afición. Han estudiado en las grandes universidades, y el futuro está en sus manos. Tiene que estarlo, con tan brillante currículum. Pero también están llenos de miedo, inseguridad, angustia y timidez. Apenas muestran preocupaciones intelectuales y desconocen qué quieren hacer con su vida, más allá de ganar dinero a espuertas, seguir el camino que profesores y padres han construido para ellos, y conseguir la aprobación de los demás.
Esta es la paradoja que late en la vida de los universitarios de los centros de élite americanos, mantiene el profesor de Yale William Deresiewicz, que ha expuesto su tesis en un ya célebre artículo publicado en The New Republic y en su libro Borregos excelentes: la mala educación de la élite americana y el camino a una vida plena, publicado por Free Press. Deresiewicz ha comprobado con sus propios ojos y ha vivido en su propia piel la frustrante experiencia del estudiante de Harvard, Yale o el resto de centros de la Ivy League, que los convierte en esos “borregos excelentes” del título: “Son excelentes porque cumplen todos los requisitos para entrar en una facultad de la élite, pero es una excelencia muy limitada. Son chicos que cumplirán todo aquello que les mandes, y que lo harán sin saber muy bien por qué lo hacen. Sólo saben que volverán a pasar por el aro”. No se trata de un nombre inventando por el escritor. Al contrario, fue el concepto con el que uno de sus alumnos se describió a sí mismo.
Ganado para alimentar la máquina
Desde los años 60, asegura Deresiewicz, los valores que rigen los grandes centros educativos han cambiado por completo aunque, en apariencia, sigan defendiendo la excelencia y el auxilio de los más desfavorecidos. “Auto exaltación, estar a servicio nada más que de ti mismo, una buena vida pensada sólo en términos del éxito convencional (riqueza y estatus) y ningún compromiso real con el aprendizaje, el pensamiento, y con convertir el mundo en un mejor lugar” son los valores que, según el profesor, rigen el comportamiento de sus alumnos. Pero ellos no son los culpables, sino las víctimas. Entre la larga lista de responsables, Deresiewicz señala a los institutos privados, a los ambiciosos padres, al sistema de admisión, a las grandes marcas universitarias, a los empleos donde estos serán contratados y, en general, a la mentalidad de clase media-alta.
Cada vez que ven que la luz roja se enciende, tienen que pulsan el botón, pero hay un momento en el que dejan de decirles lo que tienen que hacer
El producto –es decir, los nuevos licenciados– parece perfecto. Pero, debajo de esa imagen homérica y dinámica del que algún día se convertirá en CEO de una gran empresa se encuentra latente una gran inseguridad. Esta se caracteriza, sobre todo, por una enfermiza aversión al riesgo. “Por definición, nunca han experimentado algo que no sea el éxito”, explica Deresiewicz. Y está en lo cierto. Los requisitos académicos y personales para ser admitido en cualquiera de estos centros son tan elevados que conseguir menos que un sobresaliente no es una opción. Por ello, “al no tener margen para el error, evitan los posibilidad de cometerlo”. Uno de sus alumnos miró a su profesor como si fuese un alienígena cuando le sugirió que quizá dedicar menos tiempo para el estudio le serviría para reflexionar sobre lo que ha aprendido. Otro manifestaba sentirse completamente inseguro ante la posibilidad de verse obligado algún día a comer solo.
Algo que se refleja en las estadísticas de salud mental de los estudiantes, que se encuentran en su momento más bajo de los últimos 25 años. “Es casi como un experimento cruel con animales”, explica en una entrevista con The Atlantic. “Cada vez que ven que la luz roja se enciende, tienen que pulsar el botón”. Entre todos esos requisitos se encuentran la música o participar en una organización caritativa, algo que Deresiewicz explica que no hacen para los demás, sino para sí mismos y sus currículos. “La experiencia ha sido reducida a su función instrumental”. Por ello, durante cuatro años, los que aspiran a matricularse en una gran universidad se dedican exclusivamente a tachar de su lista todos esos hitos que deben haber alcanzado, pero nunca llegan a reflexionar sobre si realmente desean ser ricos y poderosos.
William Deresiewicz, en una fotografía de 2010.
William Deresiewicz, en una fotografía de 2010.
El terrible mundo real
Una vez llegan a la universidad, esta no plantea ningún problema. No tienen más que seguir el camino preestablecido y todo irá bien. Además, los cursos no son muy exigentes, recuerda Deresiewicz. Se ha llegado a un “pacto de no agresión” entre profesores y estudiantes, por el cual los alumnos son “clientes” que reciben altas calificaciones a cambio de un esfuerzo mínimo. Mientras tanto, los profesores siguen profundizando en sus proyectos de investigación, lo que realmente garantiza que reciban incentivos económicos.
Es después de abandonar los estudios cuando la realidad se presenta amenazadora. “Por supuesto que están estresados”, recuerda el profesor. “Nunca han tenido la posibilidad de encontrar su propio camino. El problema es que hay un momento en el que dejan de decirles qué tienen que hacer”. Delirios de grandeza y depresión son dos de los grandes problemas a los que tienen que enfrentarse. El primero, ocasionado por el hecho de que sus padres les hayan dicho que son los mejores y los más listos desde su infancia, un refuerzo positivo que desaparece en el momento en que se dan cuenta de que, como decía David McCulloughno son especiales. Han dejado de medir su valía de forma realista, lo que provoca que su autoestima se desmorone a la primera de cambio.
Wall Street se dio cuenta de que las facultades están produciendo licenciados muy listos y completamente centrados en el trabajo, que no tienen ni idea de lo que quieren
Irónicamente, las personas que tendrían la posibilidad de hacer todo lo que quisieran, terminan siguiendo carreras muy similares. Que son justo aquellas en las que son necesarios trabajadores y líderes que sigan caminos preestablecidos, que se muevan únicamente por las ansias de dinero, estatus e influencia, y que no cuestionen el estado de las cosas. Es el caso de la bolsa americana. Como señala una cita del periodista de Newseek Ezra Klein que reproduce Deresiewicz, “Wall Street se dio cuenta de que las facultades están produciendo una gran cantidad de licenciados muy listos y completamente centrados en el trabajo, que tienen una gran resistencia mental, una buena ética de trabajo y ni idea de lo que quieren”.
En última instancia, recuerda el autor, se trata de lucha de clases. Pero no entre las clases bajas y las altas, sino entre los diversos escalones de las élites, a los que cualquier otro camino les parece una excentricidad. Como recuerda el periodista, el número de estudiantes de la mitad menos rica de la sociedad se ha reducido en la educación de élite desde el 46% de 1985 al 15% actual. Y como explicaba el fundador del Proyecto Minerva Ben Nelson, los habituales métodos de selección de los estudiantes de las universidades de élite no hacen nada más que dar preferencia a los más ricos, puesto que ellos son los que tienen el dinero para contratar a los mejores profesores y enrolar a sus hijos en las clases de música, fútbol americano, matemáticas, francés, béisbol, viajes al extranjero, economía y literatura que necesitan para garantizarse su puesto en la élite.
Los nuevos licenciados son perfectos... para las empresas que los contratarán. (iStock)
Son “súper personas”, el nombre que les dio James Atlas, editor de The New York Times Magazine y presidente de Altas & Company. Tienen varias carreras, practican deporte como si fuesen profesionales, pueden hablar en varios idiomas, manejan a la perfección un instrumento musical, han ofrecido ayuda en los rincones más desfavorecidos del planeta, y han convertido sus hobbiesen una provechosa afición. Han estudiado en las grandes universidades, y el futuro está en sus manos. Tiene que estarlo, con tan brillante currículum. Pero también están llenos de miedo, inseguridad, angustia y timidez. Apenas muestran preocupaciones intelectuales y desconocen qué quieren hacer con su vida, más allá de ganar dinero a espuertas, seguir el camino que profesores y padres han construido para ellos, y conseguir la aprobación de los demás.
Esta es la paradoja que late en la vida de los universitarios de los centros de élite americanos, mantiene el profesor de Yale William Deresiewicz, que ha expuesto su tesis en un ya célebre artículo publicado en The New Republic y en su libro Borregos excelentes: la mala educación de la élite americana y el camino a una vida plena, publicado por Free Press. Deresiewicz ha comprobado con sus propios ojos y ha vivido en su propia piel la frustrante experiencia del estudiante de Harvard, Yale o el resto de centros de la Ivy League, que los convierte en esos “borregos excelentes” del título: “Son excelentes porque cumplen todos los requisitos para entrar en una facultad de la élite, pero es una excelencia muy limitada. Son chicos que cumplirán todo aquello que les mandes, y que lo harán sin saber muy bien por qué lo hacen. Sólo saben que volverán a pasar por el aro”. No se trata de un nombre inventando por el escritor. Al contrario, fue el concepto con el que uno de sus alumnos se describió a sí mismo.
Ganado para alimentar la máquina
Desde los años 60, asegura Deresiewicz, los valores que rigen los grandes centros educativos han cambiado por completo aunque, en apariencia, sigan defendiendo la excelencia y el auxilio de los más desfavorecidos. “Auto exaltación, estar a servicio nada más que de ti mismo, una buena vida pensada sólo en términos del éxito convencional (riqueza y estatus) y ningún compromiso real con el aprendizaje, el pensamiento, y con convertir el mundo en un mejor lugar” son los valores que, según el profesor, rigen el comportamiento de sus alumnos. Pero ellos no son los culpables, sino las víctimas. Entre la larga lista de responsables, Deresiewicz señala a los institutos privados, a los ambiciosos padres, al sistema de admisión, a las grandes marcas universitarias, a los empleos donde estos serán contratados y, en general, a la mentalidad de clase media-alta.
Cada vez que ven que la luz roja se enciende, tienen que pulsan el botón, pero hay un momento en el que dejan de decirles lo que tienen que hacer
El producto –es decir, los nuevos licenciados– parece perfecto. Pero, debajo de esa imagen homérica y dinámica del que algún día se convertirá en CEO de una gran empresa se encuentra latente una gran inseguridad. Esta se caracteriza, sobre todo, por una enfermiza aversión al riesgo. “Por definición, nunca han experimentado algo que no sea el éxito”, explica Deresiewicz. Y está en lo cierto. Los requisitos académicos y personales para ser admitido en cualquiera de estos centros son tan elevados que conseguir menos que un sobresaliente no es una opción. Por ello, “al no tener margen para el error, evitan los posibilidad de cometerlo”. Uno de sus alumnos miró a su profesor como si fuese un alienígena cuando le sugirió que quizá dedicar menos tiempo para el estudio le serviría para reflexionar sobre lo que ha aprendido. Otro manifestaba sentirse completamente inseguro ante la posibilidad de verse obligado algún día a comer solo.
Algo que se refleja en las estadísticas de salud mental de los estudiantes, que se encuentran en su momento más bajo de los últimos 25 años. “Es casi como un experimento cruel con animales”, explica en una entrevista con The Atlantic. “Cada vez que ven que la luz roja se enciende, tienen que pulsar el botón”. Entre todos esos requisitos se encuentran la música o participar en una organización caritativa, algo que Deresiewicz explica que no hacen para los demás, sino para sí mismos y sus currículos. “La experiencia ha sido reducida a su función instrumental”. Por ello, durante cuatro años, los que aspiran a matricularse en una gran universidad se dedican exclusivamente a tachar de su lista todos esos hitos que deben haber alcanzado, pero nunca llegan a reflexionar sobre si realmente desean ser ricos y poderosos.
William Deresiewicz, en una fotografía de 2010.
William Deresiewicz, en una fotografía de 2010.
El terrible mundo real
Una vez llegan a la universidad, esta no plantea ningún problema. No tienen más que seguir el camino preestablecido y todo irá bien. Además, los cursos no son muy exigentes, recuerda Deresiewicz. Se ha llegado a un “pacto de no agresión” entre profesores y estudiantes, por el cual los alumnos son “clientes” que reciben altas calificaciones a cambio de un esfuerzo mínimo. Mientras tanto, los profesores siguen profundizando en sus proyectos de investigación, lo que realmente garantiza que reciban incentivos económicos.
Es después de abandonar los estudios cuando la realidad se presenta amenazadora. “Por supuesto que están estresados”, recuerda el profesor. “Nunca han tenido la posibilidad de encontrar su propio camino. El problema es que hay un momento en el que dejan de decirles qué tienen que hacer”. Delirios de grandeza y depresión son dos de los grandes problemas a los que tienen que enfrentarse. El primero, ocasionado por el hecho de que sus padres les hayan dicho que son los mejores y los más listos desde su infancia, un refuerzo positivo que desaparece en el momento en que se dan cuenta de que, como decía David McCulloughno son especiales. Han dejado de medir su valía de forma realista, lo que provoca que su autoestima se desmorone a la primera de cambio.
Wall Street se dio cuenta de que las facultades están produciendo licenciados muy listos y completamente centrados en el trabajo, que no tienen ni idea de lo que quieren
Irónicamente, las personas que tendrían la posibilidad de hacer todo lo que quisieran, terminan siguiendo carreras muy similares. Que son justo aquellas en las que son necesarios trabajadores y líderes que sigan caminos preestablecidos, que se muevan únicamente por las ansias de dinero, estatus e influencia, y que no cuestionen el estado de las cosas. Es el caso de la bolsa americana. Como señala una cita del periodista de Newseek Ezra Klein que reproduce Deresiewicz, “Wall Street se dio cuenta de que las facultades están produciendo una gran cantidad de licenciados muy listos y completamente centrados en el trabajo, que tienen una gran resistencia mental, una buena ética de trabajo y ni idea de lo que quieren”.
En última instancia, recuerda el autor, se trata de lucha de clases. Pero no entre las clases bajas y las altas, sino entre los diversos escalones de las élites, a los que cualquier otro camino les parece una excentricidad. Como recuerda el periodista, el número de estudiantes de la mitad menos rica de la sociedad se ha reducido en la educación de élite desde el 46% de 1985 al 15% actual. Y como explicaba el fundador del Proyecto Minerva Ben Nelson, los habituales métodos de selección de los estudiantes de las universidades de élite no hacen nada más que dar preferencia a los más ricos, puesto que ellos son los que tienen el dinero para contratar a los mejores profesores y enrolar a sus hijos en las clases de música, fútbol americano, matemáticas, francés, béisbol, viajes al extranjero, economía y literatura que necesitan para garantizarse su puesto en la élite.